7.26.2007

COMENZÓ EL SEGUNDO CICLO DE SEMINARIOS DE FORMACIÓN POLÍTICA ORGANIZADO POR Ateneo FORJAR

El pasado jueves 19 de julio se llevó a cabo en Casa Radical la apertura del Segundo Ciclo de Seminarios de Formación Política organizado por Ateneo FORJAR, ante un importante número de asistentes. En esta oportunidad, más de 50 personas -entre afiliados e independientes- tuvieron la posibilidad de escuchar la ponencia titulada “Al gran pueblo Argentino...¿Salud?”, desarrollada por el Dr. Leandro Dionisio, un profesional destacado en materia de salud.

El encargado de la apertura del ciclo fue el presidente del ateneo, Cr. Pablo Cáceres, quién manifestó estar agradecido por la “importante concurrencia de público, teniendo en cuenta que en plena campaña electoral, la gente recibe invitaciones por parte de los partidos políticos de Córdoba y por ahí es difícil la concurrencia a este tipo de actividades en esta época”. Además, Cáceres dijo que “es importante que los jóvenes nos formemos y nos capacitemos, para que nos involucremos en la vida de los partidos políticos, teniendo en cuenta que es imprescindible nuestra participación y compromiso social”.

El Dr. Dionisio, quién en una hora y media desarrolló su panel, se mostró agradecido con los organizadores del ciclo de seminarios y alentó a los jóvenes de FORJAR a seguir desarrollando estas instancias de diálogo y reflexión en Casa Radical.

Al término del primer seminario del ciclo, Cáceres dijo que “las actividades son posibles porque FORJAR es un equipo de trabajo que coordinadamente logra desarrollar las actividades de formación que se propone”. Por último, agradeció al público por su presencia, y al Dr. Leandro Dionisio, por aceptar desde un primer momento la propuesta del ateneo.

A la brevedad, desde la Secretaría de Prensa de Ateneo FORJAR, se informará la fecha, el lugar y se darán a conocer más detalles sobre la ponencia del segundo seminario del ciclo, a desarrollarse próximamente.

Leandro Sallaberry Martínez
Secretario de Prensa y Difusión
Ateneo
FORJAR

4.29.2007

La juventud es necesaria en los procesos políticos


Por Leandro Sallaberry Martínez
Secretario de Prensa y Difusión
Ateneo FORJAR

En la actualidad, es casi común pensar que la política atraviesa una de sus peores crisis, que no resuelve las necesidades de la sociedad y que muchos dirigentes hacen uso de ella, para enriquecerse o para cumplir objetivos que se reducen a niveles meramente particulares. Nos equivocamos cuando creemos que la política no le es útil al hombre, muy por el contrario, lo que no le es útil, es votar a dirigentes que no se comprometen con las responsabilidades que asumen.La política -del griego politikós- es el proceso y actividad orientada a través de una ideología, a la toma de decisiones de un grupo para la consecución de objetivos provechosos para la sociedad. El ejercicio del poder se lleva a cabo a través de la política; pero muchas veces asociamos a la posesión de ese poder, con una imagen extremadamente negativa y conflictiva. Otro error, porque el poder debe ser ejercitado, pero con fines colectivos.El pensamiento aristotélico concibe al hombre como un animal político, por considerarlo como la única especie zoológica que nace con tendencia y capacidad para organizarse en sociedad. El pensamiento es la herramienta que le permite razonar y administrar de la forma más conveniente su vida y la de los demás; pero a veces, ese animal político deja de ser ético, de buscar desafíos y oportunidades, y se transforma en un político animal.Un párrafo a parte merece el sistema extraoficial de intercambio de favores, conocido como clientelismo político; un mecanismo por medio del cual los titulares de cargos públicos regulan la concesión de prestaciones, obtenidas a través de su función pública o de contactos relacionados con ella, a cambio de apoyo electoral. En este sistema clientelar, el poder, que debería ejercerse para la toma de decisiones que le hagan bien al conjunto de la sociedad, se transforma en la práctica para la obtención de beneficios privados.Desde mi punto de vista, la juventud de hoy descree de la herramienta política por las razones antes nombradas. La desilusión tiene esta explicación y no es para menos, ya que muchos dirigentes del pasado y de la actualidad, han sido elegidos por la ciudadanía para que representen nuestros intereses en ámbitos gubernativos y han ejercido el poder de una manera individualista, dejando de lado la visión colectiva.Ante la situación por la que atraviesa la sociedad, nosotros, los jóvenes, somos el futuro de la nación que nos cobija y por ello debemos involucrarnos para corregir aquellas faltas que han cometido muchos de los dirigentes elegidos a través del sufragio para comandar los destinos del Estado. Debemos comprometernos honestamente con el afán de cambiar el mundo; para hacer realidad esa sociedad que tanto anhelamos y necesitamos.A lo largo de la historia, la juventud ha demostrado tener capacidad para llevar a cabo grandes cambios para el bien de la comunidad; ha demostrado que con ideas y objetivos claros se puede hacer realidad lo que se anhela. Los jóvenes estudiantes del Mayo Francés de 1968 revolucionaron las formas de pensar y nos transmitieron claros ejemplos con respecto a que se puede intervenir en cuestiones que hacen a la sociedad, y sobre todo, que podemos aportar nuestra visión para mejorarla.Razones para participar hay muchas, no podemos quedarnos de brazos cruzados ni seguir siendo testigos de las injusticias que cometen los dirigentes políticos que no se comprometen con el bien común. En nuestras manos está la posibilidad de cambiar aquello que no nos gusta, y de dejar atrás las falencias que atentan contra nuestro futuro y el de las generaciones por venir.No claudiquemos ni resignemos nuestros ideales. Por el contrario, debatamos, conversemos, propongamos y aprendamos a construir y reconstruir la sociedad que queremos, desde el lugar que queramos. Breguemos conjuntamente para que nuestras ideas sean tenidas en cuenta, y si no es así, luchemos para hacerlas realidad.Los procesos políticos del presente necesitan contagiarse de nuestros ideales, y el futuro espera despertar con nuestra intervención.

4.16.2007

DESVÍOS Y DESVARÍOS

Por Oscar E. FRAVEGA
Autor de "Historia de la Unión Cívica Radical - 1890-2000"
Parecería que algunos políticos, con el paso del tiempo y el agobio de los años, adoptan actitudes pontificales y se creen con derecho a guiar la conducta de sus correligionarios como si sus palabras y opiniones fueran dichas Ex cathedra, es decir, fueran infalibles y no dependieran del consentimiento de ningún organismo partidario.
En 1961, un prominente dirigente radical, Santiago H. del Castillo, con una larga militancia que lo llevó a ser legislador, ministro de Sabattini, gobernador de la Provincia entre 1940 y 1943 y Presidente del Comité Nacional entre 1950 y 1954, tuvo expresiones de solidaridad con la revolución cubana de cuyos líderes, Fidel Castro y el Che Guevara se hizo amigo. En aquella oportunidad dijo en síntesis y para no hacer una larga cita textual que quien no luchara por los postulados de emancipación política y económica (tal como los enunciaban los manifiestos comunistas cubanos, claro) "no es radical, aunque tenga 50 años de afiliación". Desde luego, el Comité Central de la Provincia le contesta y fija su posición el 4 de febrero de 1961. En su declaración dice que a esta altura de los acontecimientos "se han modificado los términos que se tuvieron en cuenta para saludar alborozados a la revolución cubana" y luego de enumerar "algunos hechos alarmantes" como la temeraria proclividad a dejarse caer en la órbita del socialismo soviético, la falta de justicia como consecuencia de la falta de libertad, la ejecución de gran cantidad de ciudadanos inmolados sin proceso previo o mediante instrucción sumarísima, la ausencia de un plan encaminado a normalizar las instituciones republicanas democráticas, o la restricción cada vez más notoria de la libertades públicas, tales como la prensa, culto y enseñanza, afirma que "los radicales no pueden justificar paredones, aunque se invoque para ello un asentimiento popular, que aunque se hubiera expresado, no lo justificaría." Y termina diciendo "Nadie que haya convivido en el partido las alegrías de algunos pocos triunfos y los sinsabores de muchas derrotas, tiene derecho a expresarse peyorativamente y pretender pesar en balanzas extranjeras el valor conceptual del radicalismo"…y por ello "el Comité Central de la Provincia seguirá siendo celoso guardián de la doctrina radical y adoptará las diligencias que corresponda cuando se concreten actos de indisciplina"…
Por estos días, otro ex-dirigente radical, Rubén Martí, reclamando "cathedra", mitras y báculos, ha dicho que "el radical que no se sume al proyecto de concertación plural (que propicia el presidente Kirchner) no va a quedar bien parado y perderá la oportunidad de trabajar por el bien del país" ( La Voz del Interior, 31/03/07), conceptos que amplía en una solicitada publicada días después
Al respecto quisiera hacer las siguientes reflexiones:
1. La Constitución Nacional consagra para la Nación un régimen republicano, representativo y federal.
2. En los finales del siglo XIX, el sistema político giraba en torno al fraude electoral organizado sobornando e intimidando a los votantes, o creando lealtades políticas mediante recompensas personales y el uso de los recursos del Estado, como el crédito, las concesiones y hasta el trazado de caminos o ferrocarriles en beneficio de determinadas regiones o personas. Cuando Juárez Celman asume la presidencia, considera que toda la actividad política debe quedar reservada al Presidente. El Presidente es el único que toma decisiones. Su opinión es lo único que cuenta. Es el Unicato. En ese escenario, la Unión Cívica Radical emerge como la oposición a los acuerdos espurios y a los gobiernos hegemónicos –lo destacamos enfáticamente- y enarbola sus banderas: sufragio libre y secreto y respeto a la Constitución, en el marco de una democracia representativa defensora del federalismo y la nacionalidad.
Ante el fraude, la corrupción y las componendas, Leandro N. Alem se define: "Soy radical, soy intransigente". Radical para los cambios políticos que la organización de la República exigía. Intransigente ante la corrupción, el contubernio y todo lo que se oponga a los altos intereses del pueblo y de la Nación. De ahí en más, radical será incorporado al nombre del partido, como símbolo permanente de la voluntad de cambio, y la intransigencia se convertirá en el hilo conductor que enhebrará la historia del partido, con doctrinas avanzadas y progresistas, actualizadas periódicamente.
Cada vez que el partido se apartó de esos postulados fundacionales, sobrevinieron divisiones y derrotas como las de 1925, 1946, 1948, 1951, 1958, o 2001 .
3. Hoy la República Argentina es un país unitario, con todas las provincias dependientes económica y políticamente del Poder Central, con un Presidente que digita y nombra candidatos y funcionarios aún en las Municipalidades que son la base de la estructura federal y que ahora busca consolidar su proyecto hegemónico con una supuesta "concertación plural" que no es otra cosa que la nueva reedición del Unicato con un partido único y funcional.
4. Quien convalide semejante sistema, si es radical, violenta la doctrina y los principios inconmovibles del partido. Y ese es un desvío que no debe confundirse con lo que puedan ser los programas que cada circunstancia exige. Pero además, y vale para todos los ciudadanos, lo verdaderamente grave, claudicar ante un gobierno unitario, es devaluar nuestra propia historia, desconociendo nuestras raíces institucionales. Y eso ya es un desvarío. Adherirse a aventuras autoritarias y hegemónicas no es "hacerle un bien al país", sino precisamente todo lo contrario.
La democracia, y mucho más la democracia argentina, no necesita de unanimidades ni de una impuesta "concertación de pluralidades" para consolidarse. Ella es en sí misma y casi por definición, una convergencia de pluralidades libremente expresadas y ejercitadas, nunca un forzado y artificioso contrato de adhesión al Presidente de turno.
Y para lograr esa verdadera pluralidad, la República, la Provincia y la Unión Cívica Radical, no necesitan desertores, desvíos y desvaríos doctrinarios, gurúes o consultores. Demandan diversos partidos políticos y militantes con capacidad y coraje cívico para afrontar, aún en la adversidad y con sacrificio, los desafíos que la hora exige. No es claudicando, rehuyendo responsabilidades o renunciando a candidaturas como se construye la sociedad civil y la República que nos debemos.
Si el doctor Rubén Martí repasa la historia de su partido, el partido que le permitió cimentar el innegable prestigio del que hace gala, y comprende que ese prestigio no sirve sólo para ser exhibido, sino para comprometerlo aún más en la lucha por la vigencia de los principios y programas que consolidaron aquella historia y se decide otra vez a retomar las banderas, que alguna vez abandonó, debe tener la seguridad de que, así sí, los radicales y muchísimos otros ciudadanos lo acompañarían.

3.27.2007

A 31 AÑOS DEL 24 DE MARZO DE 1976

Por María Anahí Aguilera
Secretaria de Gobierno
Ateneo FORJAR
El 24 de marzo de 1976 ocurrió lo que muchos esperaban: Isabel Perón fue detenida y trasladada a Neuquén. La Junta de Comandantes asumió el poder, integrada por el Teniente Gral. Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando R. Agosti. Designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla. Dispuso que la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea compondrían el futuro gobierno con igual participación. Comenzó el audodenominado "Proceso de Reorganización Nacional". José Martínez de Hoz fue designado ministro de Economía y, el 2 de abril, anunció su plan para contener la inflación, detener la especulación y estimular las inversiones extranjeras. La gestión de Martínez de Hoz, en el contexto de la dictadura en que se desenvolvió, fue totalmente coherente con los objetivos que los militares se propusieron. Durante este período, la deuda empresaria y las deudas externas pública y privada se duplicaron. La deuda privada pronto se estatizó, cercenando aún más la capacidad de regulación estatal. Con ese clima económico, la Junta Militar impuso el terrorismo de Estado que, fuera de enfrentar las acciones guerrilleras, desarrolló un proyecto planificado, dirigido a destruir toda forma de participación popular. El régimen militar puso en marcha una represión implacable sobre todas las fuerzas democráticas: políticas, sociales y sindicales, con el objetivo de someter a la población mediante el terror de Estado para instaurar terror en la población y así imponer el "orden", sin ninguna voz disidente. Se inauguró el proceso autoritario más sangriento que registra la historia de nuestro país. Estudiantes, sindicalistas, intelectuales, profesionales y otros fueron secuestrados, asesinados y "desaparecieron". Mientras tanto, mucha gente se exilió. Algunas acciones del nuevo gobierno: Suspende la actividad políticaSuspende los derechos de los trabajadores. Interviene los sindicatos. Prohíbe las huelgas. Disuelve el Congreso. Disuelve los partidos políticos. Destituye la Corte Suprema de Justicia. Interviene la CGT. Interviene la Confederación General Económica (CGE). Suspende la vigencia del Estatuto del Docente. Clausura locales nocturnos. Ordena el corte de pelo para los hombres. Quema miles de libros y revistas considerados peligrosos. Censura los medios de comunicación. Se apodera de numerosos organismos.
La censura: Comunicado N° 19, 24/03/76. Se comunica a la población que la Junta de Comandantes Generales ha resuelto que sea reprimido con la pena de reclusión por tiempo indeterminado el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes provenientes o atribuidas a asociaciones ilícitas o personas o grupos notoriamente dedicados a actividades subversivas o al terrorismo. Será reprimido con reclusión de hasta diez años, el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes, con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de las Fuerzas Armadas, de Seguridad o Policiales. (Diario "La Prensa", 24 de marzo de 1976).
Los "subversivos": El término "subversión" englobaba a las organizaciones guerrilleras -prácticamente ya extinguidas en marzo de 1976- pero también a los activistas o simpatizantes de cualquier movimiento de protesta o crítica social: obreros, universitarios, comerciantes, profesionales, intelectuales, sacerdotes, empresarios y más... No hubo "errores" ni "excesos", sino un plan deliberado. (Historia Visual de la Argentina contemporánea, Clarín, El "Proceso" Militar).
La guerra sucia: La "desaparición" fue la fórmula más siniestra de la "guerra sucia": el "objetivo" era secuestrado ("chupado") por un comando paramilitar ("grupo de tareas" o "patota") donde, convertido en un número y sin ninguna garantía legal, quedaba a merced de sus captores. La desaparición de personas fue un programa de acción, planificada con anticipación, estableciéndose los métodos por los cuales llevarlo a la práctica: arrojando a los "desaparecidos" al Río de la Plata (previa aplicación de sedantes) desde aviones o helicópteros militares y en fosas comunes; fusilamientos y ocultamiento de cadáveres, sin ningún tipo de identificación.
La represión ilegal: La dictadura de 1976 completó y profundizó el esquema de persecución y exterminio que comenzara sistemáticamente con la Triple A, liderada por Lopez Rega. Distribución de desaparecidos según profesión u ocupación.
La tortura: Todos estaban incluidos en la categoría de "enemigos de la nación". La metodología implementada consistió en la desaparición de personas, las cuales en realidad eran llevadas a centros clandestinos de detención, operados por las FFAA., donde se los sometía a interrogatorios basados en tormentos físicos.
Los campos de detención: Se levantaron centros clandestinos de detención y torturas. En estos laboratorios del horror se detenía, se torturaba y se asesinaba a personas. Se encontraban en el propio centro de las ciudades del país, con nombres tristemente famosos, como la ESMA, el Vesubio, El Garage Olimpo, El Pozo de Banfield o La Perla. Existieron 340 distribuidos por todo el territorio. Locales civiles, dependencias policiales o de las propias fuerzas armadas fueron acondicionados para funcionar como centros clandestinos. Estas cárceles clandestinas tenían una estructura similar: una zona dedicada a los interrogatorios y tortura, y otra, donde permanecían los secuestrados. Ser secuestrado o "chupado", según la jerga represora, significaba ser fusilado o ser arrojado al río desde un avión o helicóptero.
Los desaparecidos: Debido a la naturaleza, una desaparición encubre la identidad de su autor. Si no hay preso, ni cadáver, ni víctima, entonces nadie presumiblemente es acusado de nada. (Amnistía Internacional, en su informe sobre la desaparición de personas por motivos políticos). Hubo miles de desaparecidos: la Conadep constató más de 9.000 casos. Los organismos de derechos humanos hablan de más de 30.000.
Apropiación de chicos: Además del secuestro de adultos, hubo un plan sistemático de apropiación de niños. Los niños robados o que las madres parían en los centros de detención fueron inscriptos como hijos propios por muchos miembros de la represión, vendidos o abandonados en institutos. Durante la dictadura, los militares consideraban que los hijos de los desaparecidos debían perder su identidad. Por eso los hacían desaparecer y los entregaban a familias de militares. Ellos pensaban que la subversión era casi hereditaria o que se trasmitía a través del vínculo familiar. De la misma forma que a los hijos de desaparecidos se intentó quitarles su familia, a la sociedad en general se intentó quitarle esos antecedentes que, como los padres de esos chicos, eran considerados subversivos. (Diario "Página 12", 10 de diciembre de 1995)
La noche de los lápices (16/9/76): La operación conocida como la “Noche de los lápices”, que se desarrolló entre agosto y octubre de 1976, implicó el secuestro y desaparición de estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata, que habían luchado en defensa de un boleto estudiantil.
Madres de Plaza de Mayo: El grupo Madres de Plaza de Mayo nació en 1977, integrado precisamente por madres de desaparecidos, cuya lista engrosaron también algunas de sus fundadoras. Se convirtieron en el más activo sector de oposición al gobierno.
Desindustrialización: La pequeña y mediana empresa fue sacrificada en el altar de la eficiencia, iniciándose un proceso de acelerada desindustralizacion, ante la imposibilidad de competir con productos provenientes del exterior. La aplicación de las recetas neoliberales no resolvió, sino que profundizó los problemas económicos. Especulación: A comienzos de 1977, el ministro de Economía, José Martínez de Hoz, inició un experimento monetario, denominado "la tablita". Fue un sistema de devaluaciones preanunciadas que, sumado a la "ley de entidades financieras" de junio de ese año (que liberó el mercado de dinero y dio garantía estatal a los depósitos a plazo fijo), dio comienzo a la especulación o "bicicleta financiera".
La plata dulce: La dictadura implementó un plan basado en el liberalismo monetario, que era apoyado por bancos extranjeros y organismos internacionales. El funcionario encargado de cumplir el plan económico de los militares fue José Alfredo Martínez de Hoz. Puso fin al Estado intervencionista, a la protección del mercado interno y al subsidio a empresas. Se congelaron los sueldos. Dejó actuar al mercado libremente. Los resultados finales fueron desastrosos. Hubo un gran endeudamiento externo, las industrias quebraron y, al finalizar la dictadura, se desató la inflación.
El conflicto del Beagle: Las cuestiones limítrofes entre la Argentina y Chile estuvieron condicionadas por las circunstancias políticas imperantes en cada país. Bajo regímenes dictatoriales en ambas naciones, las diferencias fronterizas estuvieron a punto de derivar en una guerra abierta. En 1978, luego de que la Argentina rechazó el fallo arbitral británico, el conflicto por el Beagle alcanzó su punto más álgido. El 8 de enero de 1979, la Argentina y Chile firmaron el Acta de Montevideo, que sometía el entredicho a la mediación del Papa. Finalmente, la propuesta papal, conocida a través del cardenal Antonio Samoré, se dio a conocer el 12 de diciembre de 1980 y fue aceptada por la Argentina en 1984 después de una consulta popular no vinculante, en la que el "sí" al acuerdo se impuso por un amplio margen de votos. (Historia Visual de la Argentina contemporánea, Clarín, La Política Exterior).
El Mundial '78: El triunfo final de la selección argentina en el Mundial de Fútbol ha supuesto que la Junta Militar que dirige el Gral. Videla haya cubierto con creces los objetivos que se propuso al emprender la organización del campeonato. Durante 25 días, los problemas del país argentino han pasado a un segundo plano y el título mundial conseguido por su selección los mantendrá oculto por más tiempo aún. (Diario "El País", junio de 1978).
La guerra de las Malvinas (1982): En medio de la crisis política, económica y social del régimen militar, sorpresivamente el 2 de abril de 1982, tropas argentinas recuperaron las islas Malvinas. Tras frustrados intentos diplomáticos, la fuerza de tareas británica llegó al Atlántico sur y comenzaron las hostilidades. Con hitos como el hundimiento del crucero "General Belgrano" -que produjo 322 muertos- y del destructor británico "Sheffield", la guerra concluyó el 14 de junio, con la rendición argentina. La derrota marcó el derrumbe político del régimen. El regreso de los soldados arrojó luz sobre las sospechas de lo que habían padecido, sin los pertrechos y el entrenamiento suficientes para enfrentar a los británicos. Para defender las islas del ataque de ingleses bien entrenados y equipados, la junta militar procedió a reclutar jóvenes argentinos, sin instrucción militar, la mayoría de los cuales provenía de provincias pobres del interior del país. La derrota catastrófica de Malvinas y el conocimiento de la muerte de centenares de jóvenes argentinos (más de 600), deterioraron el frente militar, pero sobre todo, la reputación del ejército, al cual se consideró como mayor responsable del desastre.
Es por ello que el Ateneo FORJAR participó en la marcha del pasado viernes 23 de Marzo para luchar contra estos crímenes, para que no vuelvan a suceder y para que no olvidemos la historia.